sábado, 26 de abril de 2008

El mañana efímero, de Antonio Machado

EL MAÑANA EFÍMERO

A Roberto Castrovido.

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

Antonio Machado

domingo, 20 de abril de 2008

Déjame sueltas las manos, de Pablo Neruda

DÉJAME SUELTAS LAS MANOS


Déjame sueltas las manos
y el corazón, déjame libre!
Deja que mis dedos corran
por los caminos de tu cuerpo.
La pasión —sangre, fuego, besos—
me incendia a llamaradas trémulas.
Ay, tú no sabes lo que es esto!

Es la tempestad de mis sentidos
doblegando la selva sensible de mis nervios.
Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!
Es el incendio!
Y estás aquí, mujer, como un madero intacto
ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas
hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!

Déjame libre las manos
y el corazón, déjame libre!
Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!
No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,
es precipitación de furias,
acercamiento de lo imposible,
pero estás tú,
estás para dármelo todo,
y a darme lo que tienes a la tierra viniste—
como yo para contenerte,
y desearte,
y recibirte!
Pablo Neruda

sábado, 5 de abril de 2008

Vista cansada, de Luís García Montero

El pasado jueves, el poeta Luís García Montero estuvo en el aula magna de mi facultad presentando su nuevo libro, Vista Cansada.

José Carlos Mainer fue el encargado de presentar el libro, y después, el propio Luís recitó algunos de los poemas incluídos en el libro.


Al final de la presentación, el poeta, al que considero uno de los mejores de la literatura actual, me dedicó mi libro (A Carolina, con mi mejor amistad en la poesía)

El libro comienza con unos versos dedicados a su mujer, la también escritora Almudena Grandes: "Como siempre he vivido/ con los pies en las nubes,/ necesito el amor/ para poner las manos en la tierra".

Según el autor, el título del libro tiene un doble significado: "Por una parte, el título lo puso el oculista cuando me dijo que tenía que ponerme gafas, y, por otra, me permite hablar de esa edad, los 50, en la que uno tiene ya experiencia de gente que hablaba de la paz y que ha acabado desencadenando una guerra".

Aunque todavía no he leído el libro en profundidad, estoy segura de que me va a encantar, como ya lo hizo su "Habitaciones separadas". De momento, las poesías que he leído de este libro tienen muy buena pinta. A continuación voy a escribir una poesía de este libro. Se titula Colliure y, según contó el poeta en la presentación a la que fui, se inspiró en un viaje que realizó a Colliure con un grupo de amigos, guiados por el recientemente fallecido Ángel González. Siguieron el camino que hizo Antonio Machado junto a su madre, Ana Ruíz, cuando se exhiliaron a este pueblecito de Francia. Que maravilla escuchar a Luís García Montero hablar sobre Antonio Machado. El mejor poeta actual hablando sobre el mejor poeta de todos los tiempos (al menos para mí)

COLLIURE

Un rincón en el mundo
detrás de una frontera,
o detrás de los años y los amaneceres
con la esquina doblada
como la página de un libro,
o detrás de las curvas de una guerra.

Se conmueve el camino a la orilla del mar.
Parece un látigo en el aire
de febrero lluvioso.
Cuando baja del coche,
Ángel González duda,
pone sus pies heridos en la historia
y sube muy despacio,
entre muros franceses
y casas repintadas
con el azul de los veranos,
hasta llegar al cementerio.

Lo que nos trae aquí,
no es el sol de la infancia.

Los lugares sagrados nos permiten vivir
una historia de todos en primera persona.
Las flores de la tumba de Machado
imitan el color de una bandera
sagrada por mandato
de mi melancolía.

Aquellos que perdimos una vez,
y el frío de las manos, la palabra en el tiempo,
el dolor de las vidas que se cortan
en el cristal de los destinos rotos,
descansa hoy, casi desnudo,
en una tumba del poeta.

¿Cuándo llegamos a Sevilla?,
preguntaba su madre al entrar en Colliure.

Qué difícil la suerte
de los pueblos que viven protegidos
por la misericordia de un poema.
Qué difícil la última
soledad de Machado.
La luna llega al mar,
el mar llega a Sevilla,
nosotros a un recuerdo
y a esta pálida,
desarmada emoción
de compartir una derrota.